jueves, 5 de julio de 2012

EL DELIRIO DE LA PSICOSIS


El delirio de la psicosis: Una critica a la teoría de la psicosis
Cesar Olvera Navarro

RESUMEN.
El siguiente trabajo esta relacionado con la teoría mas relevante acerca de los inicios y de las pautas para promover la psicosis, lo cual se realiza una crítica en base a dicha teoría y tomar un punto nuevo y diferente acerca de lo dicho por los autores, de la manera en como se genera una psicosis, de los acontecimientos, de las características, de los síntomas, de las relaciones con otras enfermedades o simplemente lo bueno y malo de las teorías mas concretas o más relevantes acerca de la teoría de la psicosis, la crítica se realiza del libro, Estudios de la psicosis, de Colette Soler.
Palabras clave: crítica, psicosis, síntomas, teoría.


La definición más restrictiva del término psicótico se refiere a las ideas delirantes, y a las alucinaciones manifiestas que son reconocidas como experiencias alucinatorias por el sujeto.
Lacan menciona que la causa significante de la psicosis, es la consecuencia de una represión, de una mecanismo de lenguaje que por su parte Freud hace mención que eso es la diferencia fundamental entre la neurosis y la psicosis (Soler, C., 2008).  Si bien esto es cierto, se podría decir que para tener una psicosis, o un brote psicótico es necesario pasar por la neurosis, sin tomar en cuenta que para estos autores eso era una enfermedad mental donde el delirio era una tentativa de curación.
Y esto es porque en el trabajo del delirio es el propio sujeto quien toma a su cargo solitariamente, no el retorno de lo reprimido sino los retornos en lo real, que lo abruman, es decir, que si el delirio aparece puede servir de ayuda para escapar de propias locuras, por el hecho de que esta dentro de una realidad propia,  donde el sujeto se encuentra es su mundo, su forma de ver las cosas, lo cual no tiene nada de aberración alguna en torno al pensamiento del sujeto. Eso quiere decir que si nos escapamos a nuestras locuras, en nuestro mundo “real”, para nosotros, ya que lo demás sólo nos abruma, es decir, el mundo externo, lo cual es fantasía para nosotros en el momento de nuestro delirio, porque es lo que queremos ver, de lo que queremos escapar, lo que nos hace daño, por eso no es tan malo, el delirio según los autores.
Estos autores, Freud y Lacan hacen mención que no es únicamente el delirio la única manifestación que el sujeto hace para escapar de la realidad para entrar en la suya, sino que esto solo es una prepsicosis, situación que ocurre antes del desencadenamiento y de eventuales estabilizaciones después, indicador de ser susceptible de ser compensada en sus efectos, con formas que no se reducen exclusivamente a la forma delirante, en pocas palabras, no es necesario pensar en una enfermedad mental, el solo tener un delirio, debido a que el pensamiento por muy vago y sencillo que sea fuera de la propia realidad se esta hablando de un detonante para sufrir al menos un brote psicótico, sin mencionar que puede ser una forma de escape, el escapar de una realidad que no es grata para el sujeto lo hace susceptible a formar parte de un mundo psicótico.
Los autores entonces no dan por hecho la psicosis, sino únicamente de brotes psicóticos, es decir, de breves situaciones en las que nuestro pensamiento divaga un poco y si nos ponemos a reflexionar, todo el tiempo podemos tener un episodio de esta índole, porque la mayoría del tiempo estamos pensando cosas irreales o situaciones en las que la imaginación esta presente, en la que no nos hacemos responsables de nuestros actos, en la que a pesar de todo seguimos siendo victimas de nuestro propio pesamiento.
Lacan llama al psicótico, “mártir del inconsciente”, lo cual es otra manera de designar  el retorno en lo real de lo que fue forcluído de lo simbólico y que se impone al sujeto, para su tormento y perplejidad, en fenómenos que los psiquiatras clásicos ya solían reconocer aunque sin comprender su estructura (Lacan, J., 1975).  En otras palabras, sin juzgar esta parte, que Lacan con mucha razón hace reconocer, es que el mundo simbólico, teniendo en cuenta que es lo que para el sujeto significa dicha razón, en dicho contexto y el valor que éste la da a ello, logra que pierda el control, que solo piense en ese simbolismo sin tener en cuenta lo que en verdad pueda contraer a su vida y contexto, llevándolo a perderse en ese, su mundo y sufriendo consigo mismo su propio pensamiento que no concuerda, con lo que desea pensar, teniéndolo por mucho tiempo en una especie de infierno mental, hasta que logre perder la razón y lógica de lo sucedido y comenzar a creer en lo que su mundo simbólico le indica.
El mundo simbólico es para cada quien otro mundo muy diferente, debido al significado que cada sujeto le de a ese mundo sin tener en cuenta el valor que éste le de, teniendo en cuenta que como significado, y como uso de su pensamiento e imaginación que le de en cuanto a su posible interpretación también estaremos hablando de otro brote psicótico, por estar fuera de la realidad externa e internarnos en la interna y propia.
Freud asegura que la psicosis es una enfermedad de la libido advirtiendo que hay una solidaridad entre la eficacia del nombre del padre, la constitución de lo simbólico y una limitación de goce con las nociones del objeto perdido y sobre todo de castración. Entendiendo esto como la parte fundamental, que en principio mencionaba acerca de la neurosis como primer paso, y puntualizando que la neurosis según Freud es un declive sexual, y que la figura paterna o en el caso contrario, la materna se hace presente en la vida del sujeto, afectando de esta manera la forma de vida, por creerse atado aún a esa figura o en el peor de los casos, hasta de sentir algún tipo de atraimiento a esa figura, si es esto cierto, Freud logra transmitir que aquellos que sufren de psicosis o neurosis, tienen ese afecto hacia su padre o madre, lo cual es su mundo simbólico, donde solo y únicamente el sujeto se vera en confianza y en contacto, lo cual que solo para él es visto de la mejor manera (Freud, S., 1896).
Si todo se enfocara en un ámbito sexual como Freud aseguraba, seguramente no sólo tendríamos brotes psicóticos sino hacer patológico el trastorno, en la actualidad todo esta evocado al sexo, como anteriormente Freud decía, pero en diferencia es que ahora, no hay barreras, no hay pudor, no hay miedos, sólo los temores por tener la necesidad si fallamos o no, la gran necesidad de sentirnos alabados, de ser el centro de atención en torno al sexo, y si en este momento metemos la figura materna o paterna, pues entonces estamos en un lío más grave, debido al conflicto de querer tomar el poder que éstas figuras poseen sobre nosotros.
Lacan hace mención acerca de una metáfora de suplencia, llamada metáfora delirante, la cual consiste en construir una ficción y conducirla hasta un punto de estabilización, la metáfora dice: ¿Qué hace Schreber sino construir una versión de la pareja original, distinta de la versión paterna y en la que el goce en exceso encuentra un sentido  y una legitimación en el fantasma de procreación de una humanidad futura? Schreber inventa y sustenta, por su sola decisión, un “orden del universo” curativo de los desordenes del goce cuya experiencia él padece; y, donde el nombre del padre forcluido no promueve la significación fálica, aparece una significación de suplencia: ser la mujer de Dios, con la ventaja que el goce desde ahora consentido se localiza sobre la imagen del cuerpo, y con la diferencia que la significación de castración de goce queda excluida en beneficio de un goce de la relación con Dios, marchando a la infinitud. Única restricción: esa infinitud no es actualizada, no todavía, sino aplazada al infinito. Lacan en esta metáfora menciona retirar esa idea de pareja con el padre o madre y construir una propia pareja para la salvación de si mismo, la cual solo será un invento para quedar en armonía e impedir el sentimiento de castración por incluir en una falta de moral con el padre o madre, teniendo por encima nuevamente el goce, pero tal parece y es importante mencionar, la fantasía que lacan menciona acerca del nombre del padre, es una comparación con Dios, y es importante estar bien con él, con ello el delirio se hace mas presente y palpable a los ojos del sujeto psicótico, con el hecho de pensar en su figura paterna, lo hace susceptible por lo que el sentirse no solo atraído, sino en admiración con ella, es causa de la psicosis, esa metáfora de Lacan, no es del todo viable para continuar estudios, es una versión compuesta de la teoría de Freud acerca del complejo de Edipo, pero ahora en toque en el tema de la psicosis, donde la misma ficción hace delirante al sujeto.
Lacan dice que la causa primera de la psicosis es la melancolía de la depresión, tomada como rechazo del inconsciente (Lacan, J., 1960).
En primera, la depresión no siempre provoca melancolía, y mucho menos que ésta sea inconsciente o al menos no darle importancia, y por otro punto, que el inconsciente en ese momento se sienta rechazado, como para entender que durante el suicidio o el acto delirante, no sea la persona quien este mal, sino su inconsciente que no la hace reflexionar porque éste fue rechazado o sea él quien rechace esa reflexión, dicho de otra manera, si Lacan no miente, cuando el sujeto se encuentra en una depresión por muy ligera que esta sea, y se encuentra en un estado melancólico, ya no se encuentra en depresión, sino en un brote psicótico, es decir, la psicosis esta siempre presente y como sujetos estamos susceptible de adquirirla sin premisa alguna.
Haciendo mención a la definición propuesta al principio, los autores o teóricos que comenzaron los estudios de la psicosis, tal pareciera que ellos eran los que mostraban las experiencias delirantes y su afán de conocer acerco de ello, los llevo a la teoría de la psicosis, sin tener algún experimento humano, o al menos no se hace presente.

REFERENCIA.
Soler, Colette. (2008). Estudios sobre las psicosis. Buenos Aires, Argentina. Manantial.
Calificacion 8.0
Freud, Sigmund. (1910). Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia autobiográficamente descrito (Caso Schreber). Obras Completas Tomo IV. Editorial Biblioteca Nueva.
Lacan, J.  (1967). Psicosis paranoica.



No hay comentarios:

Publicar un comentario