INTRODUCCION
mucha gente desconoce que desde la infancia puede surgir la psicosis. Las psicosis infantiles se describen más tarde bajo formas diferentes durante muchos años fueron descubiertas por autores que aíslan formas particulares. Así, sus características se discuten ante estos teóricos aportando teorías que justifique el origen de esta.
El concepto de Psicosis Infantil ha evolucionado paralelamente al de la Demencia Precoz (Kraepelin y de la Esquizofrenia (Bleuler). Kraepelin y Bleuler admiten que algunos de sus enfermos lo son desde la infancia, pero no individualizan una forma de psicosis particular de la infancia; otros intentan desprender del cuadro de las demencias infantiles algunas formas específicas. Santa de Sanctis (1905) describe una demencia precocísima que se caracteriza por una sintomatología hasta cierto punto análoga a la de la afección denominada “demencia precoz” en los individuos jóvenes, en especial a la sintomatología de la catatonía, y que es también una enfermedad precocísima- se inicia pronto y evoluciona rápidamente hacia la demencia.Poter (1933) introduce la noción de esquizofrenia infantil.J. Lutz describe formas clínicas y define mejor el cuadro de la esquizofrenia infantil que se caracteriza según él por trastornos de las relaciones (ruptura de relaciones, modos de relaciones de sustitución, tipos de relaciones extrañas) que más tarde se transforman en una pérdida de la necesidad de relaciones. El resultado de estos trastornos relacionados es un modo de aislamiento típico; en el terreno afectivo aparece una especie de atontamiento (descripto ya por A. Cramer), una disociación y una desestructuración de la afectividad; en lo que respecta a la actividad, se observan cambios globales que se presentan en forma de apatía o de excitación impulsiva. En lo que respecta a L. Bender, siempre mantuvo que la esquizofrenia era una encefalopatía, un "déficit de maduración a nivel embrionario genéticamente condicionado ya activado por la crisis fisiológica del nacimiento". A diferencia de otros autores, destacó insistentemente en sus descripciones que el niño esquizofrénico no se muestra retraído en sus contactos sociales y humanos (léase autismo, aunque no lo explicite), sino patológicamente invasor -al menos durante un período- en su intento de superar el terror, que le domina en su relación con la imagen del padre o el terapeuta.
mucha gente desconoce que desde la infancia puede surgir la psicosis. Las psicosis infantiles se describen más tarde bajo formas diferentes durante muchos años fueron descubiertas por autores que aíslan formas particulares. Así, sus características se discuten ante estos teóricos aportando teorías que justifique el origen de esta.
El concepto de Psicosis Infantil ha evolucionado paralelamente al de la Demencia Precoz (Kraepelin y de la Esquizofrenia (Bleuler). Kraepelin y Bleuler admiten que algunos de sus enfermos lo son desde la infancia, pero no individualizan una forma de psicosis particular de la infancia; otros intentan desprender del cuadro de las demencias infantiles algunas formas específicas. Santa de Sanctis (1905) describe una demencia precocísima que se caracteriza por una sintomatología hasta cierto punto análoga a la de la afección denominada “demencia precoz” en los individuos jóvenes, en especial a la sintomatología de la catatonía, y que es también una enfermedad precocísima- se inicia pronto y evoluciona rápidamente hacia la demencia.Poter (1933) introduce la noción de esquizofrenia infantil.J. Lutz describe formas clínicas y define mejor el cuadro de la esquizofrenia infantil que se caracteriza según él por trastornos de las relaciones (ruptura de relaciones, modos de relaciones de sustitución, tipos de relaciones extrañas) que más tarde se transforman en una pérdida de la necesidad de relaciones. El resultado de estos trastornos relacionados es un modo de aislamiento típico; en el terreno afectivo aparece una especie de atontamiento (descripto ya por A. Cramer), una disociación y una desestructuración de la afectividad; en lo que respecta a la actividad, se observan cambios globales que se presentan en forma de apatía o de excitación impulsiva. En lo que respecta a L. Bender, siempre mantuvo que la esquizofrenia era una encefalopatía, un "déficit de maduración a nivel embrionario genéticamente condicionado ya activado por la crisis fisiológica del nacimiento". A diferencia de otros autores, destacó insistentemente en sus descripciones que el niño esquizofrénico no se muestra retraído en sus contactos sociales y humanos (léase autismo, aunque no lo explicite), sino patológicamente invasor -al menos durante un período- en su intento de superar el terror, que le domina en su relación con la imagen del padre o el terapeuta.
PSICOSIS
INFANTIL
Kraepelin
Cuando en 1896 Kraepelin separó de las
diversas locuras un grupo de estados morbosos mentales los llamó "estados
de demencia precoz". Se refirió a pacientes adultos psicóticos tratados
por él: habían padecido en la infancia: "debilidad mental".
Bleuler
Cuestionó profundamente a Kraepelin y
fue más lejos: la esquizofrenia podía instalarse desde los 7 años. Delimitó un
proceso psíquico y no el efecto de una debilidad mental. Así, planteó a inicios
del siglo una diferencia esencial con la llamada psiquiatría clásica y, acorde
con su propuesta, afirmó la posibilidad de una vía psíquica para el
tratamiento.
Bender
Bender discute a Bleuler y Kraepelin.
Subrayó en sus antecesores una confusión al poner en la misma bolsa
esquizofrenias y psicosis. Postuló: una "esquizofrenia no siempre
significa psicosis". Distinguió tres cuadros clínicos. De su exposición,
incluida en el manual de Psiquiatría Infantil de Leo Kanner he tomado algunos
aspectos.
1. Niños que presentan un cuadro del
tipo seudoeficiente. Su maduración es retardada, en cuanto al contacto con el
mundo. Después de un primer desarrollo normal o precoz, regresan a etapas
anteriores. Son inhibidos, retraídos, apáticos, mudos, tensos, ansiosos,
temerosos, al afrontar nuevas pruebas fracasan. No admiten separarse de lo ya
conocido: la madre. Indefensos, propensos
a enfermedades y tienen un tono muscular débil. Conservan costumbres
motoras infantiles: colgarse, mecerse y girar. Ahora bien: no son niños
deficientes, en el sentido de Kraepelin; su maduración -constata Bender- se ha
trabado por razones afectivas, familiares, sociales.
2. Los niños del tipo seudoneurótico.
Son muy precoces, ansiosos, tienen fobias, miedos, hacen preguntas obsesivas,
estereotipadas. Se trata de una seudo neurosis;
un cuadro en parte aún no constituido, y susceptible de ser tratado por medio
de la palabra.
3. Los niños del tipo seudopsicopático
presentan conductas más maduras. Psicópatas, ajenos, antisociales,
delincuentes, no los excluye de un tratamiento por la palabra.
Melanie Klein
Presenta su concepción sobre psicosis
infantiles en varios lugares. En un trabajo de 1930, llamado "La psicoterapia
de las psicosis", incluido en Contribuciones al psicoanálisis y editado
por Hormé, prácticamente extiende el concepto a la estructura propia de la
primera infancia: "no es exageración decir que el mundo es un pecho y un
vientre lleno de objetos peligrosos a causa del impulso del propio niño a
atacarlos". El Psicótico, dice, padece, precisamente, de la relación a
esos objetos peligrosos. Melanie Klein, no incluye la escucha de los padres;
sin embargo, se producen modificaciones al analizar los fantasmas paternos y
objetos primarios deducidos de los relatos y juegos de los niños en la sesión.
Kanner, en cambio, dice: "parecen tener cierto éxito las terapias que se
ocupan al mismo tiempo de los adultos que rodean al niño". No, en cambio
si se le dan drogas
o electroshock. Ahí, afirma, el fracaso es total.
Otto Fenichel
También Fenichel incursionó en las
esquizofrenias infantiles a las que llama indistintamente esquizofrenias o
psicosis infantiles. Después de plantear que se trata de un tema donde las
posiciones son controvertidas, afirma: "Desde el punto de vista
psicoanalítico... las psicosis infantiles representan, más que 'regresiones',
perturbaciones graves en el desarrollo del yo, el cual conserva... un número
mayor o menor de características arcaicas..."La cuestión se centra -según
Fenichel- en el desarrollo yoico y no tanto en una actualización a posteriori
de las fijaciones patógenas. Se acerca así al planteo psiquiátrico en lo
relativo al desconocimiento de la estructura del sujeto en la que el yo, es un
efecto imaginario, necesario. Pero, el fortalecimiento del Yo planteado por
Fenichel, lleva en cambio, a un ensanchamiento narcisista; parece desconocer en
parte el descubrimiento freudiano: el deseo circula, precisamente, donde el yo
vacila
"En el desarrollo de la pre
genitalidad y luego de la genitalidad, está basada la teoría de Freud sobre el
desarrollo del Yo. La estructura del yo se llama estructura yoica. Todo lo
referido al yo se supone que tiene un Yo, un ello y un súper yo. El ello es el
instinto, el súper yo es el que controla al instinto, y el yo es el resultado
de una lucha interna del ser humano. Más o menos así se forma el yo y el
sentimiento hacia uno mismo. Todo esto fue evolucionando, ya que esta teoría
debe tener unos 100 años"
Historia y clasificación
Dentro de los trastornos emocionales
incluimos por la gravedad de la problemática y por la relevancia que ha adquirido
en los últimos tiempos, de lo cual es fiel reflejo la abundante literatura
existente, la temática de autismo y las psicosis infantiles. Si bien sería
necesario hacer algunas matizaciones sobre la consideración de estos trastornos
como trastornos netamente emocionales, no creemos que este sea el lugar oportuno.
Optamos por dar más amplitud a esta temática que a las anteriormente expuestas
y lo hacemos no sólo de forma descriptiva como nos hemos limitado a hacer con
ellas, sino incluyendo algo que nos parece de capital importancia para el
profesional de la educación como es el análisis de las necesidades educativas
de estos sujetos así como algunas orientaciones sobre la intervención
educativa. Ajuriaguerra (1980, 675) define la psicosis infantil como un
trastorno de la personalidad que evidencia un desorden del yo en cuanto a su organización,
lo mismo que muestra una relación perturbada del niño con su mundo circundante
y que se evidencia por:
1. Un comportamiento inapropiado
frente a la realidad, ya sea por un retiro autista o por una fragmentación del
campo de la realidad.
2. Una restricción del campo de la
utilización de los objetos.
3. Un compromiso afectivo, cognitivo y
de la actividad insuficiente o parcialmente exagerado, demasiado focalizado o desperdigado
que resulta luego un comportamiento hiperrígido o inconsistente.
4. Una vida de fantasía pobre, o de
tipo mágico-alucinatorio aplicada sobre lo real.
5. Una actitud demasiado abstracta o
demasiado concreta, que limita la movilidad del campo de pensamientos o de la
accion
6. Una comunicacion restringida o
distorsionada tanto en los intercambios verbales como en los emocionales y
afectivos.
Estos serían, pues, a grandes trazos,
los parámetros fundamentales de las psicosis y más específicamente de las
psicosis infantiles. Dentro del amplio abanico de las mismas conviene hacer
referencia a cuatro grandes grupos que nos limitamos a enunciar:
1 Psicosis infantiles precoces (antes
de los 5-6 años). Dentro de estas se incluyen el Autismo de Kanner, las
psicosis simbióticas de Mahler, el autismo secundario regresivo de Tustin,
otras formas limítrofes entre la neurosis y la psicosis, la prepsicosis
infantil, las organizaciones caracteriales graves y las distimias graves, y las
psicosis de expresión deficitaria.
2. Psicosis de la segunda infancia
(5-6 años - 12-13 años).
Conocidas también como psicosis del
período de latencia. Las manifestaciones psicóticas aparecen como conductas
regresivas o desestructurantes en relación a las actitudes anteriores del niño.
La mayor parte de las conductas psicóticas sobrevienen después de una infancia
aparentemente normal. Acostumbran a tener lugar en personalidades mucho más
estructuradas, con un lenguaje ya elaborado en el que se produce una regresión
importante, y en las que lo real es percibido como tal.
3. Psicosis afectivas
Así llamadas por Harms, no son
psicosis maníaco-depresivas como las del adulto - difícilmente localizables en
el niño -. Sí son un conjunto de trastornos del humor, que constituyen el
elemento sintomático dominante en un contexto de tonalidad psicótica. Son algo
así como estados pre psicóticos en los que el niño expresa angustias depresivas
muy intensas, fantasmas de muerte violenta, de catástrofes, de abandono,
comportamientos auto agresivos inquietantes. Evolucionan no hacia las psicosis
maníaco-depresivas adultas, sino hacia descompensaciones psicóticas
esquizofrénicas, hacia graves caracteropatías marcadas por importantes
trastornos relacionales, comportamientos antisociales...
4. Psicosis en la pre adolescencia y
adolescencia
No vamos a extendernos en ello,
simplemente nos limitaremos a anotar aquellos trastornos más característicos
que pueden tener su inicio en la pre adolescencia o adolescencia sin que
necesariamente sean exclusivos de dichos momentos evolutivos.
a. Trastornos esquizofrénicos o
esquizofrenia en sentido europeo.
b. Trastornos esquizofreniformes cuya
duración oscila desde las dos semanas hasta los seis meses. Si aparecen antes
de los 15 años acostumbran a evolucionar hacia la esquizofrenia y si después se
considera que su evolución es más favorable.
c. Trastornos esquizoides. Se constata
hacia los 18 años cuando se produce una inflexión escolar, accesos de
comportamientos agresivos, ensoñaciones solitarias, preocupaciones exotéricas;
no tienen amigos de su edad y carece de interés por tenerlos, evita por lo
general todos los contactos sociales incluso, en ocasiones, los familiares. Las
manifestaciones que acabamos de apuntar han de durar menos de 3 meses.
d. Psicosis reactivas breves en las
que aparecen una incapacidad para establecer relaciones sociales.
e. En los trastornos esquizotípicos de
la personalidad existen anormalidades del pensamiento, de la percepción, del
lenguaje y de la conducta que no son suficientemente graves para reunir los
criterios de esquizofrenia.
6. Estados psicóticos ligados a la
ingestión de drogas.
7. Estados psicóticos que suceden a
una psicosis infantil
Conclusiones
Es por todo
lo anterior, de gran importancia observar a nuestros hijos en la infancia y
hacer énfasis en el cuidado de su salud mental. La mayor parte de los autores
habla de esquizofrenias en plural. Es relativo, en el caso de los niños
pequeños, a lo siguiente: desde que se comenzó a intentar clasificar las
esquizofrenias infantiles, nunca quedó delimitada una entidad. Más bien,
psicosis infantiles, esquizofrenias se oponen en general a psico-neurosis, y
también muchas formas de retardos mentales ya entraban en la categoría de
esquizofrenias o psicosis infantiles. Pero de lo que ya no me cabe duda, en lo
que respecta al tratamiento, es que: en primer lugar, el niño -cualquier niño-
depende absolutamente de las palabras obscenas o no que los padres le ofrecen
amenazando el nacimiento del sujeto. Y, en segundo lugar, un tratamiento
avanzará en la medida que el niño soporte que el sujeto que lo habita, se
desprenda del goce del Otro. Esa letra petrificada, esa letra loca que yace en
la psicosis, está en juego de alguna manera también para el analista. Quiero
decir, se trata del sujeto y esto nos concierne. Los bordes de la psicosis
tocan límites en nuestra práctica. Esos límites que pone en juego el borde,
cuando se trata del sujeto, son relativos a lo erógeno, a la economía
libidinal, al sexo, y también a la muerte. La razón, el ser, quedan conmovidos,
subvertidos, cuando se trata de la psicosis: nos suponemos autónomos
independientes en nuestras decisiones. Pero cuando atendemos un psicótico,
tropezamos con límites que nos ponen a prueba. Nuestros ideales, y nuestro narcicismo,
se muestran insuficientes para soportar lo real ahí donde se presenta. Intento
articular así, con estas condiciones, la posibilidad de un tratamiento en niños
con riesgo de psicosis. Implica una apuesta con pronóstico incierto: donde hubo
goce petrificante, ejemplo un niño que
en su ambiente familiar no ha recibido
la estimulación afectiva por sus padres
y así el niño crece con la idea de que así es la relación, el
cree que de esa manera sus padres lo quieren y cuando el niño presenta una
alteración psíquica y ahí se da la discriminación y asi podemos notar el goce
petrificado de los padres al niño.
Referencias
Bibliográficas
(1) Bleuler, Eugenio / Demencia
Precoz: El grupo de las esquizofrenias, Colección Psiquiatría, Editorial Lumen.
(2) Kanner, Leo / Manual de
Psiquiatría Infantil, Editorial Paidós.
(3) Fenichel, Otto / Teoría
Psicoanalítica de las neurosis, Biblioteca de Psicologia profunda, Editoril
Paidós.
(4) Mannoni, Maud y otros / Psicosis
infantil, Ediciones Nueva Visión, Colección Psicología Galerna, 1971
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