jueves, 5 de julio de 2012

¿UN NIÑO PUEDE PRESENTAR PSICOSIS? DISCUSIÓN DE AUTORES


INTRODUCCION

mucha gente desconoce que desde la infancia puede surgir  la psicosis. Las psicosis infantiles se describen más tarde bajo formas diferentes durante muchos años fueron  descubiertas por autores que aíslan formas particulares. Así, sus características se discuten ante estos teóricos  aportando  teorías  que justifique el origen de esta.
El concepto de Psicosis Infantil ha evolucionado paralelamente al de la Demencia Precoz (Kraepelin y de la Esquizofrenia (Bleuler). Kraepelin y Bleuler admiten que algunos de sus enfermos lo son desde la infancia, pero no individualizan una forma de psicosis particular de la infancia; otros intentan desprender del cuadro de las demencias infantiles algunas formas específicas. Santa de Sanctis (1905) describe una demencia precocísima que se caracteriza por una sintomatología hasta cierto punto análoga a la de la afección denominada “demencia precoz” en los individuos jóvenes, en especial a la sintomatología de la catatonía, y que es también una enfermedad precocísima- se inicia pronto y evoluciona rápidamente hacia la demencia.Poter (1933) introduce la noción de esquizofrenia infantil.J. Lutz describe formas clínicas y define mejor el cuadro de la esquizofrenia infantil que se caracteriza según él por trastornos de las relaciones (ruptura de relaciones, modos de relaciones de sustitución, tipos de relaciones extrañas) que más tarde se transforman en una pérdida de la necesidad de relaciones. El resultado de estos trastornos relacionados es un modo de aislamiento típico; en el terreno afectivo aparece una especie de atontamiento (descripto ya por A. Cramer), una disociación y una desestructuración de la afectividad; en lo que respecta a la actividad, se observan cambios globales que se presentan en forma de apatía o de excitación impulsiva. En lo que respecta a L. Bender, siempre mantuvo que la esquizofrenia era una encefalopatía, un "déficit de maduración a nivel embrionario genéticamente condicionado ya activado por la crisis fisiológica del nacimiento". A diferencia de otros autores, destacó insistentemente en sus descripciones que el niño esquizofrénico no se muestra retraído en sus contactos sociales y humanos (léase autismo, aunque no lo explicite), sino patológicamente invasor -al menos durante un período- en su intento de superar el terror, que le domina en su relación con la imagen del padre o el terapeuta.
 



PSICOSIS INFANTIL
Kraepelin
Cuando en 1896 Kraepelin separó de las diversas locuras un grupo de estados morbosos mentales los llamó "estados de demencia precoz". Se refirió a pacientes adultos psicóticos tratados por él: habían padecido en la infancia: "debilidad mental".
Bleuler
Cuestionó profundamente a Kraepelin y fue más lejos: la esquizofrenia podía instalarse desde los 7 años. Delimitó un proceso psíquico y no el efecto de una debilidad mental. Así, planteó a inicios del siglo una diferencia esencial con la llamada psiquiatría clásica y, acorde con su propuesta, afirmó la posibilidad de una vía psíquica para el tratamiento.
Bender
Bender discute a Bleuler y Kraepelin. Subrayó en sus antecesores una confusión al poner en la misma bolsa esquizofrenias y psicosis. Postuló: una "esquizofrenia no siempre significa psicosis". Distinguió tres cuadros clínicos. De su exposición, incluida en el manual de Psiquiatría Infantil de Leo Kanner he tomado algunos aspectos.
1. Niños que presentan un cuadro del tipo seudoeficiente. Su maduración es retardada, en cuanto al contacto con el mundo. Después de un primer desarrollo normal o precoz, regresan a etapas anteriores. Son inhibidos, retraídos, apáticos, mudos, tensos, ansiosos, temerosos, al afrontar nuevas pruebas fracasan. No admiten separarse de lo ya conocido: la madre. Indefensos, propensos  a enfermedades y tienen un tono muscular débil. Conservan costumbres motoras infantiles: colgarse, mecerse y girar. Ahora bien: no son niños deficientes, en el sentido de Kraepelin; su maduración -constata Bender- se ha trabado por razones afectivas, familiares, sociales.
2. Los niños del tipo seudoneurótico. Son muy precoces, ansiosos, tienen fobias, miedos, hacen preguntas obsesivas, estereotipadas. Se trata de una seudo neurosis; un cuadro en parte aún no constituido, y susceptible de ser tratado por medio de la palabra.
3. Los niños del tipo seudopsicopático presentan conductas más maduras. Psicópatas, ajenos, antisociales, delincuentes, no los excluye de un tratamiento por la palabra.
Melanie Klein
Presenta su concepción sobre psicosis infantiles en varios lugares. En un trabajo de 1930, llamado "La psicoterapia de las psicosis", incluido en Contribuciones al psicoanálisis y editado por Hormé, prácticamente extiende el concepto a la estructura propia de la primera infancia: "no es exageración decir que el mundo es un pecho y un vientre lleno de objetos peligrosos a causa del impulso del propio niño a atacarlos". El Psicótico, dice, padece, precisamente, de la relación a esos objetos peligrosos. Melanie Klein, no incluye la escucha de los padres; sin embargo, se producen modificaciones al analizar los fantasmas paternos y objetos primarios deducidos de los relatos y juegos de los niños en la sesión. Kanner, en cambio, dice: "parecen tener cierto éxito las terapias que se ocupan al mismo tiempo de los adultos que rodean al niño". No, en cambio si se le dan drogas o electroshock. Ahí, afirma, el fracaso es total.

Otto Fenichel
También Fenichel incursionó en las esquizofrenias infantiles a las que llama indistintamente esquizofrenias o psicosis infantiles. Después de plantear que se trata de un tema donde las posiciones son controvertidas, afirma: "Desde el punto de vista psicoanalítico... las psicosis infantiles representan, más que 'regresiones', perturbaciones graves en el desarrollo del yo, el cual conserva... un número mayor o menor de características arcaicas..."La cuestión se centra -según Fenichel- en el desarrollo yoico y no tanto en una actualización a posteriori de las fijaciones patógenas. Se acerca así al planteo psiquiátrico en lo relativo al desconocimiento de la estructura del sujeto en la que el yo, es un efecto imaginario, necesario. Pero, el fortalecimiento del Yo planteado por Fenichel, lleva en cambio, a un ensanchamiento narcisista; parece desconocer en parte el descubrimiento freudiano: el deseo circula, precisamente, donde el yo vacila
"En el desarrollo de la pre genitalidad y luego de la genitalidad, está basada la teoría de Freud sobre el desarrollo del Yo. La estructura del yo se llama estructura yoica. Todo lo referido al yo se supone que tiene un Yo, un ello y un súper yo. El ello es el instinto, el súper yo es el que controla al instinto, y el yo es el resultado de una lucha interna del ser humano. Más o menos así se forma el yo y el sentimiento hacia uno mismo. Todo esto fue evolucionando, ya que esta teoría debe tener unos 100 años"

Historia y clasificación
Dentro de los trastornos emocionales incluimos por la gravedad de la problemática y por la relevancia que ha adquirido en los últimos tiempos, de lo cual es fiel reflejo la abundante literatura existente, la temática de autismo y las psicosis infantiles. Si bien sería necesario hacer algunas matizaciones sobre la consideración de estos trastornos como trastornos netamente emocionales, no creemos que este sea el lugar oportuno. Optamos por dar más amplitud a esta temática que a las anteriormente expuestas y lo hacemos no sólo de forma descriptiva como nos hemos limitado a hacer con ellas, sino incluyendo algo que nos parece de capital importancia para el profesional de la educación como es el análisis de las necesidades educativas de estos sujetos así como algunas orientaciones sobre la intervención educativa. Ajuriaguerra (1980, 675) define la psicosis infantil como un trastorno de la personalidad que evidencia un desorden del yo en cuanto a su organización, lo mismo que muestra una relación perturbada del niño con su mundo circundante y que se evidencia por:
1. Un comportamiento inapropiado frente a la realidad, ya sea por un retiro autista o por una fragmentación del campo de la realidad.
2. Una restricción del campo de la utilización de los objetos.
3. Un compromiso afectivo, cognitivo y de la actividad insuficiente o parcialmente exagerado, demasiado focalizado o desperdigado que resulta luego un comportamiento hiperrígido o inconsistente.
4. Una vida de fantasía pobre, o de tipo mágico-alucinatorio aplicada sobre lo real.
5. Una actitud demasiado abstracta o demasiado concreta, que limita la movilidad del campo de pensamientos o de la accion
6. Una comunicacion restringida o distorsionada tanto en los intercambios verbales como en los emocionales y afectivos.
Estos serían, pues, a grandes trazos, los parámetros fundamentales de las psicosis y más específicamente de las psicosis infantiles. Dentro del amplio abanico de las mismas conviene hacer referencia a cuatro grandes grupos que nos limitamos a enunciar:
1 Psicosis infantiles precoces (antes de los 5-6 años). Dentro de estas se incluyen el Autismo de Kanner, las psicosis simbióticas de Mahler, el autismo secundario regresivo de Tustin, otras formas limítrofes entre la neurosis y la psicosis, la prepsicosis infantil, las organizaciones caracteriales graves y las distimias graves, y las psicosis de expresión deficitaria.
2. Psicosis de la segunda infancia (5-6 años - 12-13 años).
Conocidas también como psicosis del período de latencia. Las manifestaciones psicóticas aparecen como conductas regresivas o desestructurantes en relación a las actitudes anteriores del niño. La mayor parte de las conductas psicóticas sobrevienen después de una infancia aparentemente normal. Acostumbran a tener lugar en personalidades mucho más estructuradas, con un lenguaje ya elaborado en el que se produce una regresión importante, y en las que lo real es percibido como tal.
3. Psicosis afectivas
Así llamadas por Harms, no son psicosis maníaco-depresivas como las del adulto - difícilmente localizables en el niño -. Sí son un conjunto de trastornos del humor, que constituyen el elemento sintomático dominante en un contexto de tonalidad psicótica. Son algo así como estados pre psicóticos en los que el niño expresa angustias depresivas muy intensas, fantasmas de muerte violenta, de catástrofes, de abandono, comportamientos auto agresivos inquietantes. Evolucionan no hacia las psicosis maníaco-depresivas adultas, sino hacia descompensaciones psicóticas esquizofrénicas, hacia graves caracteropatías marcadas por importantes trastornos relacionales, comportamientos antisociales...
4. Psicosis en la pre adolescencia y adolescencia
No vamos a extendernos en ello, simplemente nos limitaremos a anotar aquellos trastornos más característicos que pueden tener su inicio en la pre adolescencia o adolescencia sin que necesariamente sean exclusivos de dichos momentos evolutivos.
a. Trastornos esquizofrénicos o esquizofrenia en sentido europeo.
b. Trastornos esquizofreniformes cuya duración oscila desde las dos semanas hasta los seis meses. Si aparecen antes de los 15 años acostumbran a evolucionar hacia la esquizofrenia y si después se considera que su evolución es más favorable.
c. Trastornos esquizoides. Se constata hacia los 18 años cuando se produce una inflexión escolar, accesos de comportamientos agresivos, ensoñaciones solitarias, preocupaciones exotéricas; no tienen amigos de su edad y carece de interés por tenerlos, evita por lo general todos los contactos sociales incluso, en ocasiones, los familiares. Las manifestaciones que acabamos de apuntar han de durar menos de 3 meses.
d. Psicosis reactivas breves en las que aparecen una incapacidad para establecer relaciones sociales.
e. En los trastornos esquizotípicos de la personalidad existen anormalidades del pensamiento, de la percepción, del lenguaje y de la conducta que no son suficientemente graves para reunir los criterios de esquizofrenia.
6. Estados psicóticos ligados a la ingestión de drogas.
7. Estados psicóticos que suceden a una psicosis infantil
Conclusiones
Es por todo lo anterior, de gran importancia observar a nuestros hijos en la infancia y hacer énfasis en el cuidado de su salud mental. La mayor parte de los autores habla de esquizofrenias en plural. Es relativo, en el caso de los niños pequeños, a lo siguiente: desde que se comenzó a intentar clasificar las esquizofrenias infantiles, nunca quedó delimitada una entidad. Más bien, psicosis infantiles, esquizofrenias se oponen en general a psico-neurosis, y también muchas formas de retardos mentales ya entraban en la categoría de esquizofrenias o psicosis infantiles. Pero de lo que ya no me cabe duda, en lo que respecta al tratamiento, es que: en primer lugar, el niño -cualquier niño- depende absolutamente de las palabras obscenas o no que los padres le ofrecen amenazando el nacimiento del sujeto. Y, en segundo lugar, un tratamiento avanzará en la medida que el niño soporte que el sujeto que lo habita, se desprenda del goce del Otro. Esa letra petrificada, esa letra loca que yace en la psicosis, está en juego de alguna manera también para el analista. Quiero decir, se trata del sujeto y esto nos concierne. Los bordes de la psicosis tocan límites en nuestra práctica. Esos límites que pone en juego el borde, cuando se trata del sujeto, son relativos a lo erógeno, a la economía libidinal, al sexo, y también a la muerte. La razón, el ser, quedan conmovidos, subvertidos, cuando se trata de la psicosis: nos suponemos autónomos independientes en nuestras decisiones. Pero cuando atendemos un psicótico, tropezamos con límites que nos ponen a prueba. Nuestros ideales, y nuestro narcicismo, se muestran insuficientes para soportar lo real ahí donde se presenta. Intento articular así, con estas condiciones, la posibilidad de un tratamiento en niños con riesgo de psicosis. Implica una apuesta con pronóstico incierto: donde hubo goce petrificante, ejemplo  un niño que en su ambiente familiar  no ha recibido la estimulación afectiva por sus padres  y así el niño  crece  con la idea de que así es la relación, el cree que de esa manera sus padres lo quieren y cuando el niño presenta una alteración psíquica y ahí se da la discriminación y asi podemos notar el goce petrificado  de los padres al niño.

Referencias Bibliográficas
(1) Bleuler, Eugenio / Demencia Precoz: El grupo de las esquizofrenias, Colección Psiquiatría, Editorial Lumen.
(2) Kanner, Leo / Manual de Psiquiatría Infantil, Editorial Paidós.
(3) Fenichel, Otto / Teoría Psicoanalítica de las neurosis, Biblioteca de Psicologia profunda, Editoril Paidós.
(4) Mannoni, Maud y otros / Psicosis infantil, Ediciones Nueva Visión, Colección Psicología Galerna, 1971

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